Diario de Macedonia y Bulgaria 12: Ruta por el centro de Bulgaria 3: ¿Qué ver en el centro sur del país?
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El último capítulo dedicado a la zona central de Bulgaria ya está aquí. En las siguientes líneas os contaremos que realizamos durante esta jornada de ruta por la zona centro sur del país. Os avanzamos que os llevaremos de paseo por la bella y antigua Plovdiv, seguiremos conociendo la Fortaleza de Asen y el Monasterio Bachkovo. Y ya dirección al centro oeste del país pasaremos por la Tumba Tracia de Starosel y terminaremos nuestro día en Koprivishtitsa. ¿A qué suena bien? ¡Pues venga! ¡Te llevamos a conocerlo todo!
Durante los viajes solemos levantarnos pronto para aprovechar bien el día, pero este día que teníamos por delante lo hicimos muy conscientemente para poder visitar la ciudad de Plovdiv. Nuestra intención, y así lo hicimos, era bajar con todas las cosas para ir a desayunar, tan buen punto abrieran el restaurante del hotel, y al terminar salir directos hacia el centro histórico. Teníamos tiempo hasta las 12h, hora de realizar el check out, así que si íbamos enfocados y con el paseo claro nos daría tiempo al volver de tomarnos una ducha rápida y quitarnos el calor de encima.
Dejamos el coche cerca del centro y fuimos directamente a la zona antigua de la ciudad.
Empezamos el día donde acabamos el anterior, frente a la Mezquita Dzhumaya. Ésta fue la primera mezquita de Bulgaria ya que se construyó en 1364. A mediados del siglo XV se demolió y se reconstruyó. Nosotros optamos por no entrar ya que habíamos leído que su interior no era nada del otro mundo y además queríamos priorizar otras cosas que teníamos planificadas por ver.
Frente a ella encontramos el Estadio de Filipolis. Este antiguo estadio es del siglo II y se encuentra, su gran mayoría, bajo una calle peatonal. Aún y así una de las cabeceras sí que se puede ver e incluso se puede bajar por unas escaleras y verlo más de cerca.
A continuación enfilamos la calle adoquinada de Sâborna, donde empieza el barrio antiguo de la ciudad. El primer edificio con el que nos encontramos fue la Galería de Bellas Artes de la Ciudad la cual se encuentra en lo que era en 1881 un gimnasio femenino y que alberga más de 7.000 obras de arte búlgaras.
Continuando por esta misma calle lo siguiente que nos encontramos fue la Galería Zlatyu Boyadjiev ubicada en una bonita mansión de estilo del Renacimiento Nacional, en la cual también hay una importante colección de arte búlgaro.
Un poco más arriba de la Galería Zlatyu Boyadjiev hay la iglesia de Sveti Konstantin y Elena. Ésta es la iglesia más antigua de Plovdiv y una de las que tiene más feligreses. La iglesia está dedicada al emperador Constantino y su madre Elena y fue erigida en el lugar donde en el año 304 decapitaron a dos mártires cristianos. Pudimos visitar su exterior, el jardín y el pórtico, pero no su interior porque estaban dando misa.
Justo al lado de la iglesia encontramos el Museo Etnográfico. Creemos que es uno de los edificios más bonitos de Plovdiv. Aunque no queráis visitarlo por dentro debéis acercaros sólo para ver el edificio y el jardín delantero. La mansión es de estilo Renacentista Nacional y sus decoraciones en color azul marino, amarillo y color madera hacen que su belleza se multiplique por tres.
Al final de la calle encontramos las Ruinas de Eumolpias sobre una colina de 200 metros de altura con unas fantásticas vistas a la ciudad. Estas ruinas pertenecen a un asentamiento tracio del 5000 a.C. Este asentamiento posteriormente fue utilizado por romanos, bizantinos, búlgaros y turcos por su situación tan privilegiada
Las calles de este barrio son preciosas, el empedrado, la arquitectura tradicional, las casas de colores y sobretodo la tranquilidad a primera hora de la mañana, no quiero ni imaginar como sería verlo al mediodía...
Seguimos nuestro paseo hasta la Casa Balabanov una de las más bonitas del Renacimiento Nacional en Plovdiv. En los años setenta del siglo XX se reconstruyó siguiendo los cánones del estilo original.
Y por fin llegamos a la guinda del pastel de Plovdiv... el Teatro Romano. Antes de acceder debes comprar la entrada en una pequeñas y moderna caseta con además información del recinto (7 Levas = 3,50€). Con la entrada te dan un folleto informativo con la historia del edificio público.
¡Por dentro es impresionante! Debéis ir con mucho cuidado por las gradas ya que sus escaleras son irregulares y el suelo, por el desgaste, resbala muchísimo. Puedes andar y sentarte por las caveas, ponerte en medio de la orchestra y lo más interesante de todo, subir a la scaenae frons. Para los que somos frikis de la historia del arte poderte pasear con total libertad por todo el recinto hace sentirte como un niño en un parque de atracciones. Para comprobar la acústica del edificio fijaos, tanto si estáis en la cavea como en en el scaenae frons, como se escucha de bien todos los comentarios hechos en voz hablada. Estando nosotros en el scaenae frons entró un grupo de jubilados españoles a los cuales les pareció un lugar "sin chicha ni limoná" y comentando que "el de España [imaginamos que se referían al de Merida] está muchísimo mejor"... no os creáis que hablaban a grito pelao sino que estaban hablando entre ellos.
El paseo llegaba a su fin, lo que nos tocaba ahora era ir hacia la calle peatonal donde iniciamos la mañana. De camino a ella encontramos al iglesia Sveta Marina, es una perlita del siglo XVI que apenas recibe visitas de los turistas. En su exterior se pueden ver frescos donde se representan escenas del Antiguo Testamento, y no se puede pasar por alto echarle un ojo al campanario de madera de 17 metros de altura datado del 1870.
Finalmente llegamos a la calle peatonal repleta de tiendas y a esas horas con un poco más de movimiento de gente. En ella se puede ver en el suelo las marcas de por donde estaba ubicado el Estadio de Filípolis y frente a ellas se encuentra la Estatua de Milyo. Milyo era un bromista local al que se recuerda en la ciudad con esta escultura.
Para acabar el recorrido, al final de la calle a la izquierda, se encuentra el Odeón romano. Lo que ahora vemos en ruinas se construyo en el siglo I y en su momento fue la sede del gobierno local.
Recomendamos visitar la ciudad a primera hora para evitar todos los grupos de turistas y en verano evitar el excesivo calor. Aquí pusimos punto y final de nuestra visita a Plovdiv y fuimos hacia el hotel a darnos una ducha y quitarnos el calor de encima. Al terminar realizamos el check out y seguimos la ruta hacia el sur.
A media hora de Plovdiv se encuentra la Fortaleza de Assen. Para llegar debéis ir con cuidado porque al final se estrecha y en la zona de parking, al no ser demasiado grande, se forman algunos atascos, aunque hay un señor que intenta dirigir el trafico y cobrar a los coches (2 levas = 1 euro)
La entrada a la fortaleza se compra en una caseta que hay delante del acceso, al otro lado de la carretera. Cuidado no os olvidéis de adquirirla (6 levas = 3 euros) porque pueden salir dos señoras corriendo detrás vuestro hasta darte caza.
Los primeros restos arqueológicos que se encontraron son de época tracia, pero se sabe que también fue habitada durante la época romana y bizantina. Cuando realmente tomó importancia fue en la Edad Media y finalmente fue conquistada durante la Tercera Cruzada. La mejor construcción característica es la iglesia de la Santa Virgen de Petrich, datada del siglo XII - XIII, decorada con pinturas del siglo XIV.
Es un lugar agradable para visitar, sobretodo por las vistas del valle. Al cabo de un rato de contemplar las vistas y visitar la iglesia fuimos a por el coche para seguir el itinerario marcado para el día.
Nuestra próxima parada era el Monasterio de Bachkovo. Cuando lleguéis no os detengáis tan sólo encontrar la zona, aunque la carretera esté llena de paraditas y gente andando por el medio de la carretera, podeis seguir con la calma y al final de todo, a los pies de la entrada del monasterio, encontraréis un parking (2 levas = 1 euro). Al lado del aparcamiento encontramos puestecitos de comida y al instante decidimos que sería allí donde comeríamos.
El monasterio fue fundado en el 1083 aunque buena parte del recinto es del siglo XVII. El edificio dedicado a Sveta Bogoroditsa, datado del 1604, esta decorado por completo con frescos coloristas del 1805 del reputado artista Zahari Zograf.
De todos los monasterios que visitamos, éste estaría dentro del top 5, siempre por detrás del Monasterio de Rila. Sus pinturas y su conjunto es impresionante, como el fervor y devoción de los fieles al icono de la Virgen. Nos pareció curioso porque había una larga fila con devotos portando un pan que, una vez llegaban al icono lo besaban y lo dejaban en una mesa.
Una vez terminamos fuimos a comer. Con el lenguaje universal de los signos nos entendimos con la señora encargada y nos sirvió la comida. (15,40 Levas = 7,7 euros)
Antes de llegar al pueblo donde pasaríamos la noche realizamos una parada en Starosel para visitar una Tumba Tracia (6 levas = 3 euros)
Empezamos el día donde acabamos el anterior, frente a la Mezquita Dzhumaya. Ésta fue la primera mezquita de Bulgaria ya que se construyó en 1364. A mediados del siglo XV se demolió y se reconstruyó. Nosotros optamos por no entrar ya que habíamos leído que su interior no era nada del otro mundo y además queríamos priorizar otras cosas que teníamos planificadas por ver.
Mezquita Dzhumaya |
Estadio Filípolis |
Panorámica de la parte que se puede visitar |
Detalle de las escaleras de las antiguas gradas |
Galería de Bellas Artes de la Ciudad |
Haciendo un poco el mono con la escultura del pintor que hay en la puerta |
Continuando por esta misma calle lo siguiente que nos encontramos fue la Galería Zlatyu Boyadjiev ubicada en una bonita mansión de estilo del Renacimiento Nacional, en la cual también hay una importante colección de arte búlgaro.
Galería Zlatyu Boyadjiev |
Un poco más arriba de la Galería Zlatyu Boyadjiev hay la iglesia de Sveti Konstantin y Elena. Ésta es la iglesia más antigua de Plovdiv y una de las que tiene más feligreses. La iglesia está dedicada al emperador Constantino y su madre Elena y fue erigida en el lugar donde en el año 304 decapitaron a dos mártires cristianos. Pudimos visitar su exterior, el jardín y el pórtico, pero no su interior porque estaban dando misa.
Entrada a la iglesia de Sv Konstantin y Elena |
Patio que rodea el edificio |
Pórtico decorado con frescos |
Una pequeña y mala vista del interior |
Justo al lado de la iglesia encontramos el Museo Etnográfico. Creemos que es uno de los edificios más bonitos de Plovdiv. Aunque no queráis visitarlo por dentro debéis acercaros sólo para ver el edificio y el jardín delantero. La mansión es de estilo Renacentista Nacional y sus decoraciones en color azul marino, amarillo y color madera hacen que su belleza se multiplique por tres.
Museo Etnográfico |
Detalle de la decoración |
Vista del jardín |
Al final de la calle encontramos las Ruinas de Eumolpias sobre una colina de 200 metros de altura con unas fantásticas vistas a la ciudad. Estas ruinas pertenecen a un asentamiento tracio del 5000 a.C. Este asentamiento posteriormente fue utilizado por romanos, bizantinos, búlgaros y turcos por su situación tan privilegiada
Nebet Tepe, tal y como se la conocia en turco "La colina de las oraciones" |
Vista panorámica del yacimiento |
Vistas de la ciudad |
Las calles de este barrio son preciosas, el empedrado, la arquitectura tradicional, las casas de colores y sobretodo la tranquilidad a primera hora de la mañana, no quiero ni imaginar como sería verlo al mediodía...
Callejuelas estrechas con casas de arquitectura tradicional |
A primera hora es una gozada pasear y encontrar las calles desérticas |
Seguimos nuestro paseo hasta la Casa Balabanov una de las más bonitas del Renacimiento Nacional en Plovdiv. En los años setenta del siglo XX se reconstruyó siguiendo los cánones del estilo original.
Casa Balabanov |
Y por fin llegamos a la guinda del pastel de Plovdiv... el Teatro Romano. Antes de acceder debes comprar la entrada en una pequeñas y moderna caseta con además información del recinto (7 Levas = 3,50€). Con la entrada te dan un folleto informativo con la historia del edificio público.
¡Por dentro es impresionante! Debéis ir con mucho cuidado por las gradas ya que sus escaleras son irregulares y el suelo, por el desgaste, resbala muchísimo. Puedes andar y sentarte por las caveas, ponerte en medio de la orchestra y lo más interesante de todo, subir a la scaenae frons. Para los que somos frikis de la historia del arte poderte pasear con total libertad por todo el recinto hace sentirte como un niño en un parque de atracciones. Para comprobar la acústica del edificio fijaos, tanto si estáis en la cavea como en en el scaenae frons, como se escucha de bien todos los comentarios hechos en voz hablada. Estando nosotros en el scaenae frons entró un grupo de jubilados españoles a los cuales les pareció un lugar "sin chicha ni limoná" y comentando que "el de España [imaginamos que se referían al de Merida] está muchísimo mejor"... no os creáis que hablaban a grito pelao sino que estaban hablando entre ellos.
Vista general del teatro |
Frons scanae |
Como veis podéis andar por ella |
Vista de la orchestra y la cavea |
El paseo llegaba a su fin, lo que nos tocaba ahora era ir hacia la calle peatonal donde iniciamos la mañana. De camino a ella encontramos al iglesia Sveta Marina, es una perlita del siglo XVI que apenas recibe visitas de los turistas. En su exterior se pueden ver frescos donde se representan escenas del Antiguo Testamento, y no se puede pasar por alto echarle un ojo al campanario de madera de 17 metros de altura datado del 1870.
Iglesia de Sveta Marina |
Detalle de las pinturas del pórtico |
Campanario de 1870 |
Finalmente llegamos a la calle peatonal repleta de tiendas y a esas horas con un poco más de movimiento de gente. En ella se puede ver en el suelo las marcas de por donde estaba ubicado el Estadio de Filípolis y frente a ellas se encuentra la Estatua de Milyo. Milyo era un bromista local al que se recuerda en la ciudad con esta escultura.
Marcas en el suelo del Estadio de Filípolis |
Estatua de Milyo |
Odeón |
Recomendamos visitar la ciudad a primera hora para evitar todos los grupos de turistas y en verano evitar el excesivo calor. Aquí pusimos punto y final de nuestra visita a Plovdiv y fuimos hacia el hotel a darnos una ducha y quitarnos el calor de encima. Al terminar realizamos el check out y seguimos la ruta hacia el sur.
A media hora de Plovdiv se encuentra la Fortaleza de Assen. Para llegar debéis ir con cuidado porque al final se estrecha y en la zona de parking, al no ser demasiado grande, se forman algunos atascos, aunque hay un señor que intenta dirigir el trafico y cobrar a los coches (2 levas = 1 euro)
La entrada a la fortaleza se compra en una caseta que hay delante del acceso, al otro lado de la carretera. Cuidado no os olvidéis de adquirirla (6 levas = 3 euros) porque pueden salir dos señoras corriendo detrás vuestro hasta darte caza.
Los primeros restos arqueológicos que se encontraron son de época tracia, pero se sabe que también fue habitada durante la época romana y bizantina. Cuando realmente tomó importancia fue en la Edad Media y finalmente fue conquistada durante la Tercera Cruzada. La mejor construcción característica es la iglesia de la Santa Virgen de Petrich, datada del siglo XII - XIII, decorada con pinturas del siglo XIV.
Entrada a la fortaleza |
Vistas del valle |
Iglesia de la Santa Virgen |
Planta baja de la iglesia |
Planta superior |
Detalle de las pinturas |
Vista del valle y de la iglesia |
Es un lugar agradable para visitar, sobretodo por las vistas del valle. Al cabo de un rato de contemplar las vistas y visitar la iglesia fuimos a por el coche para seguir el itinerario marcado para el día.
Nuestra próxima parada era el Monasterio de Bachkovo. Cuando lleguéis no os detengáis tan sólo encontrar la zona, aunque la carretera esté llena de paraditas y gente andando por el medio de la carretera, podeis seguir con la calma y al final de todo, a los pies de la entrada del monasterio, encontraréis un parking (2 levas = 1 euro). Al lado del aparcamiento encontramos puestecitos de comida y al instante decidimos que sería allí donde comeríamos.
El monasterio fue fundado en el 1083 aunque buena parte del recinto es del siglo XVII. El edificio dedicado a Sveta Bogoroditsa, datado del 1604, esta decorado por completo con frescos coloristas del 1805 del reputado artista Zahari Zograf.
Entrada al monasterio |
Iglesia de Sveta Bogorodista |
Los frescos interiores están tanto en las paredes como en el techo |
Detalle de la cúpula central |
Iconostasio |
Fresco exterior |
Vista del recinto |
De todos los monasterios que visitamos, éste estaría dentro del top 5, siempre por detrás del Monasterio de Rila. Sus pinturas y su conjunto es impresionante, como el fervor y devoción de los fieles al icono de la Virgen. Nos pareció curioso porque había una larga fila con devotos portando un pan que, una vez llegaban al icono lo besaban y lo dejaban en una mesa.
Una vez terminamos fuimos a comer. Con el lenguaje universal de los signos nos entendimos con la señora encargada y nos sirvió la comida. (15,40 Levas = 7,7 euros)
Antes de llegar al pueblo donde pasaríamos la noche realizamos una parada en Starosel para visitar una Tumba Tracia (6 levas = 3 euros)
La tumba no es ninguna reconstrucción y se puede ver aún como se está trabajando en yacimientos adyacentes. En la entrada a la tumba hay unos paneles informativos en los que se puede ver como fueron los procesos de excavación de la misma. Al entrar por su corredor y su cámara principal da un poco de sensación de claustrofobia pero a la vez es muy interesante. ¡Por cierto! Estando allí no os asustéis, hay pequeños murciélagos que viven en la cúpula principal y entran y salen volando a toda velocidad, pero no hacen nada.
Exterior de la tumba |
Entrada con la pequeña exposición |
Cámara principal para que podáis ver su tamaño |
Pasillo de entrada a la cámara principal |
Al salir de la tumba la rodeamos andando pero el calor era insoportable y al terminar la vuelta nos fuimos directos para el coche hacia nuestro último destino del día.
El pueblo donde pasamos la noche era Koprivishtitsa a unos 30 Km de Sofía. El pueblo nos lo recomendaba la guía y pensamos que además de visitarlo podríamos aprovechar para dormir, ya que por precio seguro que nos saldría mejor que en Sofía.
Realizamos el check in en el hotel a duras penas ya que tampoco hablaban nada de inglés, así que recurrimos al método de la primera noche en Bulgaria: Google Translate.
Habitación |
El pueblo no tiene ningún punto a destacar, así que os recomendamos pasear tranquilamente por sus callejuelas y admirar sus mansiones de colores de arquitectura de estilo Renacimiento Nacional.
Casa de estilo tradicional |
Puente Kalachev o "puente del disparo" |
Una de las mansiones del pueblo |
Sobre las 20:30h fuimos a cenar a un restaurante que tenía muy buena pinta. Era de cocina tradicional búlgara y nos fascinó. Mientras cenábamos nos sorprendió ver la mayoría de gente con pantalones largos y chaqueta de manga larga, incluso nos reímos diciendo que eran unos exagerados pero cuando cayó el sol... lo comprendimos todo... ojalá hubiéremos cogido nosotros los pantalones largos porqué estábamos helados.
La cena fueron 2 platos principales, unas patatas con queso, una ensalada y un par de cervezas y nos salió todo por 36,40 levas (18,20 euros)
Platito de cerdo estofado |
Platito de pollo estofado |
Nuestras cervecitas en un ambiente muy tradicional |
Ensalada de pepino, tomate y queso de cabra |
Con el frío que estábamos pasando decidimos no dar ningún paseo, a parte que todo el pueblo está a oscuras, y fuimos directos al hotel a recuperarnos.
Éste era nuestro última jornada de ruta por Bulgaria. Al día siguiente llegaríamos a Sofía donde pasaríamos los dos últimos días por Bulgaria antes de volar a Roma.
De todas de las muchas cosas que os podría recomendar ver o hacer sin duda me quedo con deciros que debéis ir al Teatro de Plovdiv. Su belleza es abrumadora, su estado de conservación es magnífico y poderte mover libremente por todos los espacios que lo configuran es fantástico. Os recomendamos ir cuando abran, para evitar que hayan muchos grupos de turistas y de esta forma podáis tener una mejor experiencia.
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