Por fin llegaron los días que esperábamos durante todo el viaje. Llegó el momento de conocer la zona norte del país. La zona más desconocida, turísticamente hablando.

Teníamos muchas ganas de poder emplear tiempo de nuestro viaje para poder ver todo el patrimonio que hay en esta zona. Aún y así nos quedamos con la cosa de no tener un día más para poder llegar al extremo oriental del país y visitar ciudades como Vukovar...

Vamos a empezar a relataros todo lo que hicimos a lo largo del día, que no fue poco.

Nos despertamos en el apartamento después de una noche de calor. Al tener todas las ventanas cerradas, para evitar que nos comieran los mosquitos que habitan los humedales y la falta de aire acondicionado, pasamos una calor de mil pares de narices. Tocamos la ropa, que lavamos la noche anterior, y... evidentemente aún estaba húmeda... nos tocaría repartirla por toda la parte trasera del coche para que se secara a lo largo del día.

De repente veo que David está haciendo fotos... me extrañó porque de buena mañana a que le estaría haciendo fotos. Pues mi sorpresa fue acercarme a la ventana del comedor y encontrarme con una cigüeña intentando entrar en la casa de la propietaria. Era muy graciosa porque metía la cabeza como preguntándose "¿¿Hay alguien ahí??" hasta que salió, la que deducimos que era la madre de la chica que nos atendió, con comida para dársela. Cuando se la terminó se fue pero al cabo del rato volvió a la entrada a pedir más. Creo que fue uno de los momento más divertidos/entrañables de todo el viaje.

¿¿Hay alguien ahí?? ¡¡Tengo hambre!!

Desayunamos lo que habíamos comprado el día de antes en el supermercado, cerramos maletas y de golpe escuchamos que nos llaman a la ventana. Era la chica del apartamento que me dice que no nos fuéramos aún, que nos esperáramos 10 minutos que nos traería una cosita... Al cabo de 10 minutos se presenta a la puerta con 4 pancakes (para ellos los pancakes no son las tortitas como las que se hacen en Estados Unidos, sino que son unas crêpes enrolladas con mermelada) Nos quedamos bastante alucinados con la amabilidad de la señora... yo me comí uno por no hacerle el feo ya que las mermeladas no son lo mío, sobretodo si son de ciruela, y el pobre David se comió las otras tres.

Esperando a la sorpresa de la dueña

Las pancakes de mermelada de ciruela

Llegaba la hora de irnos porque teníamos unas 2h de coche hasta nuestro primer destino. Sinceramente fue un lugar donde sin duda volvería a alojarme ya que la amabilidad y la tranquilidad que recibimos no tienen precio.

Nuestro tenderete móvil con la ropa húmeda

Nuestro primer destino del día era Marija Bistrica. Marija Bistrica es una localidad que se encuentra a unas 2h de Cigoc y es conocida por su Santuario Mariano de la Virgen Negra  ya que es un centro de peregrinación para cientos de fieles y, además, el lugar que en el 1998 el papa Juan Pablo II visitó y beatificó el cardenal croata Aloysius Stepinac.
Su historia se remonta en el siglo XVI cuando se dice que la Virgen salvó a Croacia de la invasión turca. Anteriormente era una iglesia dedicada a San Pablo y a San Pedro y fue reconstruida entre 1878-1883 por el arquitecto franco alemán Hermann Bollé.

Aparcamos junto a un centro de salud, ya que no había demasiados lugares para aparcar en la zona. Nos sorprendió la gran cantidad de bares que hay en la calle principal y en la plaza central de la localidad. Visitamos los alrededores y el interior del santuario, que es de acceso gratuito. El interior de la iglesia me gustó mucho ya que su decoración es sorprendente. 

Al salir fuimos a tomar un café porque necesitábamos despertarnos y aprovechamos a conectarnos en el wifi del establecimiento para poder comentarles a la familia que estábamos bien, ya que la noche anterior fue complicado por la falta de wifi y cobertura.

Plaza principal de Klanjec con la iglesia barroca

Galería Antun Augustincic

Esculturas que hay en el jardín

Escultura que se encuentra en el patio trasero de la Galería

 Muy cerca de Klnajec, a unos 8 Km encontramos el pueblo de Kumrovec. En este pueblo fronterizo con Eslovenia se encuentra el museo etnológico al aire libre más grande de Croacia. En él podemos ver como eran las casas croatas del siglo XIX - principios del siglo XX con diferentes dioramas representando escenas típicas de la vida del campo y trabajos de la época. Pero además en este lugar se encuentra la casa natal del que fue líder de Yugoslavia, el Mariscal Tito. Nació en 1892 y en estos momentos la casa natal, se puede reconocer porque es la única construida en piedra y en la puerta hay una escultura del Mariscal, se ha convertido en un museo donde se exponen todo tipo de material relacionado con él. Cuando nosotros estuvimos la casa estaba cerrada por inundación.

Escultura del Mariscal Tito de Antun Augustincic

Casa natal de Tito

Detalles de la museo etnografico

Uno de los dioramas de dentro de las casas... realmente daban un poco de yuyu

Vamos a vestirnos de señorita croata del siglo XIX

Tras visitar el museo nos dirigimos al Castillo de Veliki Tabor. Este pequeño y precioso castillo encalado y con tejas rojas se encuentra en lo alto de una colina controlando todo el territorio de su alrededor. La mayor parte de la construcción es de estilo renacentista aunque posteriormente se hicieron añadidos de estilo barroco. Su característica principal son las cuatro torres de herradura marcando todo el complejo.
Se puede aparcar perfectamente en la puerta y nosotros realizamos la visita por el interior. Por lo que pudimos ver, aún estaba en proceso de restauración alguna de las partes ya que estuvo un buen tiempo abandonado. Actualmente se pueden ver las estancias del castillo y alguna que otra exposición en la que se repasa la historia del edificio. A nosotros nos gustó mucho la visita y la recomendamos ya que no se tarda demasiado tiempo en realizarla.

Exterior del castillo

Patio interior

Zona de las caballerías transformada en sala de exposición

Piezas recuperadas y expuestas

Aposentos del castillo

Después de la visita decidimos ir a comer algo. Sinceramente no recuerdo la localidad pero sí que recuerdo que ese día comimos un trozo de pizza y una porción de burek de carne en el coche, ya que lo compramos en una Pekara. Estaba realmente buenísimo.

Antes de llegar a Varzdin decidimos pasar por el Castillo de Trakoscán. Una vez llegas a los pies del castillo te encuentras con un parking gratuito y unas dependencias que son un bar y una tienda de regalos. Para acceder al castillo se debe subir andando la cuesta que rodea la colina. Una vez arriba encontraréis la taquilla para comprar la entrada y además te dan un folleto explicativo en tu idioma, tanto para poder conocer los entresijos del castillo como su historia. En el interior del castillo no están permitidas las fotografías.

Es un castillo del siglo XII, aunque no se encuentra mencionado en la documentación con este nombre hasta el 1344. Fue propiedad de los Condes de Celje y a lo largo de su historia fue pasando de mano en mano hasta que el rey Maximiliano dió la finca a la familia Juraj Draskovic por sus servicios prestados a la corona. A mediados del siglo XVIII el castillo fue abandonado y con el tiempo se fue deteriorando. No fue hasta el siglo XIX que de nuevo la familia lo recuperó.
Es una visita interesante aunque personalmente, porque soy una caguetas, pasé algo de "miedo" ya que nos encontrábamos totalmente solos en la propiedad, el suelo de madera crujía, las armaduras expuestas parecía que nos miraran y hasta una anciana, que apareció por sorpresa detrás de una puerta, intentó provocarme un infarto con su aparición estelar diciendo que la visita seguía "Upstairs" (Por cierto... David aún se está riendo tras mi sobresalto)

Entrada

Vista de la torre des de la terraza

Vista del lago del castillo

Acabada la visita nos pusimos rumbo a Varazdin. Teníamos ganas de llegar al hotel, descansar un poco y ducharnos antes de dar una vuelta e ir a cenar. Llegamos al hotel sin  ningún tipo de problema y aparcamos cerca de la puerta de entrada. Nos chocó bastante ver un edificio pegado al hotel en obras y en plan cachondeo le digo a David "Cuanto te apuestas que en esta ala del edificio se encontrará nuestra habitación". David me dijo que no podía ser porque en las fotos se veía que era bastante nuevo. Nos acercamos y descubrimos que la parte nueva que se ve en las fotos es una banco... nuestras caras fueron un poema... sólo nos quedaba rezar para que nos tocara una habitación reformada.
Vamos a recepción, hacemos check in y nos dirigimos a la habitación. Se abren las puertas del ascensor y parecía el hotel del resplandor ya que la planta estaba sin rehabilitar... llegamos a nuestra habitación y... ¡sorpresa! 2 capas de polvo por toda la habitación, ventana sin posibilidad de abrir porque habían los plásticos de las obras, sin cortinas para evitar la entrada de luz... un desastre... al ser alérgica al polvo empezó a picarme la nariz y empecé a toser... no me podía quedar ahí. Bajamos a recepción le explicamos la situación a la chica (David pudo ver en los papeles de las habitaciones que estaban reservadas que no había mucha gente alojada esa noche) y le pedimos el cambio de habitación. Nos dice que vale y nos da otra en la misma planta por la cual cosa sabíamos que seria una situación similar.
Abrimos la puerta y... la habitación estaba más o menos como la otra y ademas sin aire acondicionado, solo había un ventilador de sobremesa que lo que hacía era remover más el polvo. Volvimos a quejarnos a recepción, yo en esos momentos me estaba ahogando de lo lindo y ya me había quedado sin voz, y la chica nos dice que no habíamos hecho la reserva de una habitación con aire acondicionado, pero en un hotel de 3 estrellas ya lo das por supuesto que tendrán climatización en las habitaciones. Entre medias de la conversación la chica llama por teléfono al que creemos que era su jefe (al hablar en croata no nos enteramos de nada) y supusimos que le dijo que insistiera en darnos una habitación en la 4a planta porque de nuevo nos da otra en el mismo lugar pero con aire acondicionado. Además en ese mismo instante había, antes de nosotros, un cliente habitual italiano que pidió que lo alojaran en la misma planta de siempre (5a) y se fue bastante molesto del trato de la chica.
Subimos en la habitación y sí se notaba el aire pero yo seguía sin poder respirar bien y con ahogos... David me dijo que me esperara en la habitación que subía a investigar la 5a planta porque si el cliente habitual la pidió seria por algo y... ¡efectivamente! Era una planta totalmente reformada que se veía perfecta. Al estar el hotel medio vacío volvimos a pedir el cambio de la habitación y esta vez le dijimos que nos diera una superior o una en la 5a planta y que si eso suponía que teníamos que pagar algo más lo pagaríamos, más que nada por mi salud porque no podía estar en esa condición en las otras habitaciones. Con cara de "éstos han conseguido no alojarse en la 4a planta" nos dió las llaves. Al entrar en la habitación parecía otra cosa. Tenía algo de polvo pero lo normal, no eran dos dedos como en las anteriores. Y desde la habitación llamamos diciendo que gracias y que perdonaran las molestias.
En esos momentos yo me encontraba fatal... sin voz, picor de nariz, ojos hinchados, tos... no sé, si ves que un cliente tiene un problema de este tipo, y lo estás viendo, y además tienes el hotel con pocas reservas ¿por qué no ofreces desde un primer momento una habitación superior aunque se tenga que añadir dinero? ¿Por qué no avisas en las web/buscadores que pongan una alerta diciendo que el hotel está en reformas? ¿Por qué engañas a los clientes con fotografías del edificio en la web haciendo creer que el nuevo edificio de la entidad bancaria es el del alojamiento? Son preguntas sin respuestas, lo sé, pero seguro que más de uno os las haríais si os pasara. La primera noche en Dubrovnik por el cansancio no reaccionamos a tiempo al estar en "Villa Tapete" pero tras 10 días de viaje no nos la colaban más.

Ésta es una de las habitaciones que no nos quedamos.

Os dejamos las señas del hotel para que os aseguréis bien antes de llegar que se encuentra en correctas condiciones: Hotel Tourist: Aleja kralja Zvonimira 1, Varazdin.

Después de descansar un poco decidimos salir, ya que al igual me iba bien un poco de aire fresco sin polvo en suspensión, así que realizamos un paseo por el centro de la localidad. A lo largo de este paseo visitamos entre otros lugares el exterior del museo de los insectos, la iglesia franciscana, el Ayuntamiento, la catedral de la Asunción, el castillo... íbamos sin rubo fijo, simplemente queríamos localizar los puntos de interés para poder verlos bien al día siguiente a plena luz del día.

Ayuntamiento de Varazdin

Castillo de Varzdin

Para terminar en día fuimos a cenar al restaurante Palatin. No había mucha gente pero por precio y lo que ofrecían no estaba nada mal, eso sí fuimos la ultima mesa  a la que sirvieron, no pudimos tomar ni postres porque ya habían cerrado la cocina. Aún y así es un lugar muy recomendable para ir a comer.

Steak Tartar

Calamares

El día llegó a su fin. Llegaba la hora de descansar ya que había mejorado un poco de mi ataque de alergia y sólo me quedaba esperar que no se repitiera al día siguiente. En la próxima entrega del Diario terminaremos la ruta por el norte y llegamos a la capital, Zagreb, en la que estaremos 2 días y medio.