Diario de Estambul día 6: recorrido por Balat, Eyüp y Pierre Loti

Explorar Estambul a pie es una experiencia única: cada calle empinada, cada rincón escondido y cada mezquita o iglesia que ...


Explorar Estambul a pie es una experiencia única: cada calle empinada, cada rincón escondido y cada mezquita o iglesia que aparece en el camino te conecta con siglos de historia y tradición. En este recorrido por Balat y Eyüp, dos de los barrios más auténticos de Estambul, descubrirás casas otomanas de colores, templos bizantinos, cafés turcos preparados en brasas y miradores con vistas inolvidables al Cuerno de Oro.

Acompáñame en este diario de viaje donde te cuento, paso a paso, cómo fue un día intenso y fascinante en el corazón más histórico de Estambul.

Después de desayunar, descargarnos los mapas que íbamos a utilizar durante el día, nos pusimos en marcha mentalizados que sería un día en el que andaríamos bastante. Para salvar la distancia desde nuestro hotel hasta el inicio de la ruta, cogimos el tranvía hasta la parada Fener, ya que era la que nos quedaba más cerca.

Tras andar unos metros desde la parada llegamos a la Mezquita Gül. Esta mezquita se ubica en el emplazamiento de la iglesia de Sta. Teodosia del siglo XI y cuenta con un único minarete. Su nombre se cree que viene dado porque, antes de la conquista, los fieles llenaron la iglesia de pétalos de rosas (gül en turco) en honor a la santa a la cual rezaban para que interviniera frente a los otomanos.

Nos tuvimos que conformarnos en ver su exterior porque cuando fuimos a acceder estaba cerrada.

Exterior de la Mezquita Gül

Seguidamente, empezamos a andar entres las calles serpenteantes y empinadas hasta llegar a la Mezquita Yavuz Sultán Selim. Esta mezquita está dedicada a Selim I, el padre de Solimán el Magnífico, el cual es recordado por haber dado muerte a 2 hermanos, 6 sobrinos, y 3 hijos para asegurar que su sucesor fuera Solimán. El edificio es del siglo XVI y es la 2ª mezquita más importante y más antigua de Estambul. 

Te recomiendo que pasees por su recinto, ya que es muy agradable poder sentarte en alguno de sus bancos, contemplar el jardín y las vistas que se tiene desde allí de toda la zona nueva de Estambul.

Interior de la Mezquita Yavuz Sultán Selim

Vistas de Estambul desde los jardines de la mezquita

Continuamos nuestro paseo hasta la parte más alta del barrio de Balat donde se encuentra la iglesia de Santa Maria de los Mongoles. Ésta fue consagrada en el siglo XIII y fue salvada de convertirse en mezquita por el mandato de Mehmed el conquistador. Es la única iglesia de la ciudad que aún está en manos de los griegos desde época bizantina. No pudimos acceder, ya que se encontraba cerrada.

Santa Maria de los Mongoles

El barrio de Balat es un barrio tradicional, el cual fue habitado por los judíos expulsados de España antes que emigraran a Israel en el siglo XX. Las calles principales encontrarás infinidad de cafés, tientas, talleres, restaurantes modernos… Uno de los atractivos que se ha puesto más de moda, por su repercusión en redes sociales, son las casas otomanas de colores, las cuales flanquean una calle muy empinada.

La empinada calle con las casas otomanas de madera

Casas otomanas pintadas de colores

Aprovechando el entorno tan bonito del barrio, nos tomamos un respiro y probamos un típico café turco. Éste lo preparan en brasas y, sobre todo, debes tener en cuenta que el mismo establecimiento te añadirá azúcar si lo deseas, y debes recordar que no puedes removerlo con una cucharilla, ya que tiene un poso bastante contundente. Es un café bastante fuerte, así que si no eres cafetero mejor no lo pruebes porque te puede resultar demasiado intenso.

Puedes encontrar por las calles estos puestos así donde te preparan el café turco

Nosotros optamos por sentarnos a descansar un poco en una cafetería y saborearlo con calma

Después del café acabamos de dar un paseo por el barrio y acto seguido fuimos a la Catedral Patriarcal de San Jorge, fue construida en 1836 y formaba parte del recinto del patriarcado griego. Su interior es impresionante: mosaicos bizantinos y reliquias, un trono de madrera con incrustaciones... pero lo más llamativo es el iconostasio de madera tallada, el cual fue restaurado y bañado en oro en el 1994.
Exterior Catedral Patriarcal de San Jorge

Su interior y al fondo el iconostasio de madera tallada recubierto de oro

A 350 metros de la Catedral Patriarcal de San Jorge encontramos la pequeña Iglesia de San Esteban de los Búlgaros, también conocida como Iglesia de Hierro. Es un edificio neogótico con un interior muy bien decorado con pantallas, galerías, columnas de hierro dorado

que reflejan la luz de las vidrieras. 

Vale muchísimo la pena visitarla porque es realmente preciosa tanto por fuera como por dentro. Además, te recomiendo que subas a la parte de arriba porque la vista general de la nave es impresionante y, si vas en un día, podrás ver como los colores de las vidrieras tiñen el espacio.

Iglesia de San Esteban de los Búlgaros

El interior es pequeño pero a la vez muy bonito

Una vez finalizada la visita, empezamos a andar hacia la siguiente localización. Por delante teníamos 1,5 Kilómetros por unas calles serpenteantes un poco empinadas. Miramos la opción de ir en transporte público, pero no encontramos una fórmula que nos llevara directos, así que, si haces este recorrido, paciencia y lleva algo de agua, ya que la vas a necesitar. 

Tras unos 25 minutos llegamos a la Iglesia de San Salvador de Cora, considerada el ejemplo más bonito de iglesia bizantina por sus frescos y mosaicos. Sin embargo, estaba cerrada por obras de restauración (diciembre 2023).

Iglesia de San Salvador de Cora

Muy cerquita se encuentra la Mezquita Mehrimah, la que fue la máxima obra arquitectónica de Mimar Sinan el cual la llevó a cabo en la década de 1560. Fue un encargo de Mihrimah, la hija predilecta de Solimán, y cuenta con un interior luminoso con bonitas y delicadas vidrieras. Uno de los elementos más fascinantes es la lámpara central en forma de jaula de pájaros.

Mezquita Mehrimah

A pocos metros de la mezquita se encuentra la Muralla Histórica de Teodosio II, construida en el siglo V. Llegaba a los 12 metros de altura y constaba de una doble línea de muralla. Aunque gran parte se desmanteló en el siglo XIX, aún se conserva buena parte del trazado.

Puerta de la Muralla de Teodosio II

Antes de llegar a la siguiente parada nos paramos en una panadería para comprar burek y, de postre, unos baklava que nos dieron energía suficiente para terminar el día

Después del tentempié llegamos a la Mezquita y Türbe de Eyüp Sultán. El complejo espectacular y se cree que aquí fue enterrado Abu Ayyub al-Ansari, compañero de Mahoma. La tumba es el templo islámico más notable de Estambul y el que congrega a más fieles.

Interior de la Mezquita Eyüp Sultán

Saliendo del recinto encontramos Mihrisah Valide Sultan Külliye, un conjunto de edificios Barrocos  mandados construir por la madre del Sultán Selim III. El edificio más notable es el imaret, el comedor público.

Entrada al Imaret

Alrededor de esta zona además puedes visitar la Tumba del Sultán Reshad, la Mezquita Kaptan Pasha o la Tumba de Sokullu Mehmed Pasha, del siglo XVI.

Mezquita Kaptan Pasha

Para terminar el día, cogimos el teleférico hasta el mirador de Pierre Loti, con vistas espectaculares al Cuerno de Oro. Su nombre viene de un novelista francés que acudía aquí en busca de inspiración.

Arriba, además del mirador, hay varios cafés donde descansar y disfrutar de la puesta de sol.

Para usar el teleférico de Estambul no hace falta que compres ningún billete especial: con tu tarjeta de transporte público de la ciudad podrás acceder sin ningún tipo de impedimento.

Vistas de Estambul desde el Morador de Pierre Loti

Volvimos a coger el teleférico y después el metro para regresar al alojamiento. Fue un día genial, pero muy agotador, probablemente el que más caminamos en todo el viaje.

A continuación te dejo un mapa con todos los puntos visitados en Estambul para que tengas presente dónde se encuentra cada uno de ellos.


Después de tantas horas caminando, entre mezquitas, iglesias, murallas y cafés, el día terminó en el mirador de Pierre Loti, con una puesta de sol sobre el Cuerno de Oro que tiñó el cielo de tonos dorados y nos regaló la mejor postal de Estambul. Fue un cierre perfecto para una jornada agotadora pero inolvidable, que demuestra que perderse por Balat y Eyüp es mucho más que hacer turismo: es vivir la ciudad con todos los sentidos.

Si estás planeando tu viaje a Estambul,  guarda esta ruta: te llevará por lugares imprescindibles y te regalará momentos que quedarán grabados en tu memoria.

Si te ha gustado este post te recomiendo...

0 comentaris

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...