Diario de Estambul día 1 - La llegada

  Acabado el Diario de Viaje de Estocolmo vengo con otro nuevo Diario de Viaje, otro diario intenso y sorprendente ya que se trata del Diar...

 


Acabado el Diario de Viaje de Estocolmo vengo con otro nuevo Diario de Viaje, otro diario intenso y sorprendente ya que se trata del Diario de Viaje de Estambul.

La idea de viajar a Estambul venía de lejos pero siempre surgía algún imprevisto el cual hacía que lo fuera aplazando, hasta el pasado mes de diciembre que por fin los astros se alinearon y pude cumplir el sueño de visitar la antigua capital del Imperio Bizantino.

En los próximos posts te voy a detallar lo que hicimos, mi pareja y yo, durante los 8 días que estuvimos en Estambul aportando el máximo de detalles para que puedas organizar, de manera sencilla, tu viaje a la antigua Constantinopla.

¿Estás preparado? ¡Empezamos con el primer capítulo!

El día empezó pronto ya que el vuelo lo tenía a las 10h. Cogimos el primer tren de la mañana dirección Sants y llegamos a la prevista. Nuestra intención era coger el tren dirección al aeropuerto pero… ya sabemos como es RENFE que siempre nos sorprende de la mejor manera… Al bajar al andén vimos que el tren del aeropuerto llegaría con 30 minutos de retraso. No es que fuéramos mal de tiempo pero esos 30 minutos nos harían llegar demasiado justos a la terminal. Así que nos dirigimos al metro

Desde Sants cogimos la Línea Azul hasta la estación de Collblanc. Si vas en tren, este trayecto está integrado en tu billete pero, al ir en metro hasta el aeropuerto, debes adquirir un nuevo billete en las máquinas expendedoras hasta allí. Esto se debe a que se tiene que pagar una tasa diferente a la de los billetes convencionales, el precio del billete de metro hasta el aeropuerto es de 5,15€. La línea que debes coger es la L9 (Naranja) dirección aeropuerto ten en cuenta que el fin de la línea es la T1 y la penúltima parada la T2.

Una vez en el aeropuerto pasamos el control de seguridad y miramos en las pantallas desde donde salíamos. Nuestro plan de vuelo era Barcelona - Frankfurt - Estambul. En Frankfurt teníamos una escala de 55 minutos, aparentemente algo factible pero más adelante te contaré como realmente fue.

Preparados para embarcar

Volamos con Lufthansa y la verdad es que el vuelo fue genial, salimos muy puntuales, cosa que agradecimos al hacer la escala, durante el vuelo nos repartieron una botellita de agua y una chocolatina.

Llegamos a Frankfurt y tocaba ir sin prisa pero sin pausa. En mi vida había imaginado que el aeropuerto de Frankfurt fuera tan grande y tan poco práctico para hacer escalas. Subir escaleras, bajarlas, ahora gira a la derecha, después un pasillo enorme donde no funcionan las cintas, vuelves a subir escaleras… y entre medias el control de pasaportes ya que sales de la UE. Por suerte el control funcional con la máquina de escáner de documentos y reconocimiento facial hace que todo sea un poco más ligero. Después del control de pasaportes un poco más del laberinto, como el que te he contado antes, y por fin llegamos a la puerta de embarque. Llegamos muy justos de tiempo pero tuvimos la suerte que el vuelo iba bien lleno. 

Moraleja: Si tienes un vuelo de conexión en Frankfurt no hagas una escala de menos de 1:30h, eso te va asegurar un poco de tranquilidad, pero si tienes la opción de hacer escala en otro aeropuerto (por ejemplo Munich) decántate por ella antes que Frankfurt. En el último capítulo te contaré lo que nos pasó porque lo que vivimos te acabará convencer para seguir mis consejos.

Como te decía el vuelo iba lleno hasta la bandera y de nuevo nos volvieron a repartir agua y una chocolatina. El vuelo estuvo bien hasta sobrevolar Estambul que tuvimos unas turbulencias bastante potentes.

Cuando desembarcamos nos dirigimos a la salida y pasamos el control de pasaportes de entrada al país. En nuestro caso pasamos los dos juntos, sellito en el pasaporte (¡yuju!) y “Welcome to Istanbul!”.

Nuestro alojamiento se encontraba en el barrio de Çemberlitaş, a 10 minutos andando de Sultanahmet, y la forma más rápida para llegar allí, desde el aeropuerto, era en autobús. Antes de ir en busca de la parada de los buses cambiamos algo de dinero para poder pagar los billetes de bus y cenar por la noche. El cambio en el aeropuerto es malísimo pero necesitábamos algo de cash ya que en muchos sitios aún no aceptan tarjeta de crédito.

Después de dar muchas vueltas para encontrar la terminal de autobuses, descubrimos que se encuentra en el nivel inferior de acceso al  donde están las puertas de acceso al aeropuerto. 

Como no sabíamos que bus teníamos que coger, y para no liarla con las máquinas, nos dirigimos a una taquilla en la que le contamos a la chica que íbamos a Sultanahmet y nos indicó que teníamos que coger el autobús 12 dirección Aksaray Metro. Ella misma nos vendió los billetes que nos constan cada uno 170 TL (5,50€ ) y pagamos en efectivo.

Estos es la zona y la compañía para coger el autobús (Fuente Google)

Vimos que el bus no se había ido y fuimos hacia él. Un chico nos cogió las maletas, nos dió un resguardo para recogerlas a la llegada y le preguntamos si el bus iba a Sultanahmet. Nos dijo que no, que el destino era Askaray Metro. No entendíamos nada pero nos contó que la última parada era Askaray porque es el sitio más próximo a Sultanahmet. Por lo que entendimos que a los autobuses no les dejan acceder a esa zona. 

Así que, nos montamos en el bus y al cabo de 1:35h llegamos a nuestro destino. En el bus miramos en Google Maps (previamente descargados para poderlos usar sin conexión) cómo podíamos llegar al alojamiento y vimos que justo al lado de donde nos dejaba el autobús había una parada de tranvía que nos dejaba en la puerta.

Bajamos del bus y nos fuimos directos al tranvía. Antes de subir nos hicimos la Istanbulkart (te cuento un poco más de ella en este post) y después de 4 paradas llegamos a nuestro destino. 

Literalmente nuestro hotel se encontraba en frente del tranvía. Esto fue clave para los días posteriores para movernos por la ciudad ya que la línea que pasa por allí (T1) es la que conecta con la mayoría de lugares imprescindibles de visitar.

El hotel por el que nos decantamos, ya que por situación y precio fue el mejor, era Castel Franco Hotel. Es un hotel familiar con unas 9 habitaciones y sus dueños no pueden ser más encantadores.
Escogimos una habitación Doble Superior, ya que vimos en las reseñas que las habitaciones eran muy justas (luego lo pudimos comprobar allí y realmente eran un puño), y nos acompañó el propietario del hotel el cual nos enseñó cómo funcionaba la calefacción y nos indicó las horas del desayuno para los próximos días.

Habitación doble superior

Baño

Deshicimos las maletas, descansamos un ratito y finalmente fuimos a buscar un sitio para cenar. No queríamos ir muy lejos porque estábamos realmente cansados así que encontramos un sitio, en la calle paralela del hotel, que se llamaba Tarihi Çemberlitaş Cafe Restaurant y se encuentra en la calle Binbirdirek, Taşdirek Çeşme. La cena nos costó 899 TL al cambio 29€. 

Nuestra primera cena es Estambul

Tuvimos un pequeño problema… Queríamos pagar con tarjeta, ya que nos quedaba poco dinero cambiado al pagar el bus y el tranvía, y nos dijeron que no era posible, que debíamos pagar en efectivo. No nos llegaba con Liras Turcas pero nos dijeron que podríamos pagar en Euros y ellos aplicaban el cambio (evidentemente no era el cambio real sino que ellos lo hinchan un poco) y nos daban el cambio en Liras.

Después de cenar nos fuimos para el hotel, estábamos reventados y al día siguiente nos esperaba un día intenso de andar y explorar la ciudad.

Espero que las informaciones aportadas en este post te sirvan de ayuda para organizar tu viaje y para cualquier consulta no dudes en ponerte en contacto conmigo.

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