Paseo por Pamplona

Pamplona es una ciudad ideal para hacer una escapada de fin de semana. Su casco histórico es perfecto para recorrerlo andando ya que lo...


Pamplona es una ciudad ideal para hacer una escapada de fin de semana. Su casco histórico es perfecto para recorrerlo andando ya que los diferentes puntos de interés no están muy alejados los unos de los otros. A continuación os llevamos a realizar un paseo circular por los lugares más emblemáticos de la capital navarra. 

El itinerario lo empezaremos en la Calle Estafeta. Esta calle estrecha repleta de tabernas es conocida por ser una de las calles más emblemáticas durante los encierros de San Fermín. Por ellas corren los mozos delante de los toros conduciéndolos hacia la plaza. De muchas de las tabernas que hay en ella os recomendamos una parada en Bodegón Sarria, para que probéis los pintxos, de gran calidad y mayor variedad, la principal dificultad será decidiros a la hora de escoger. 

Tienda Kukuxumuxu al inicio de la calle Estafeta

Calle Estafeta

Balcones de la calle Estafeta, desde donde ver los encierros sin peligro

Al final de la calle Estafeta encontraréis la calle Mercaderes. Si giráis la izquierda, a muy pocos metros encontraréis la Plaza Consistorial donde se ubica el Ayuntamiento de la ciudad. Innumerablemente retratado durante las fiestas de San Fermín, especialmente en el momento del chupinazo, el edificio en sí es bastante moderno ya que se trata de una reconstrucción del año 1951. El primer edificio del Ayuntamiento fue construido en el siglo XV por orden del rey Carlos III el Noble, y sufrió una importante remodelación en el siglo XVIII, de la que únicamente se conserva la fachada de estilo barroco y neoclásico. Será en este lugar donde os haréis algunas preguntas sin respuesta, como por ejemplo ¿cómo siendo una plaza tan pequeña puede entrar tanta gente el día que se da el Chupinazo de San Fermín? Sé que suena a tópico y seguro que todo aquél que haya ido antes que vosotros a Pamplona os hará referencia al diminuto tamaño de la Plaza Consistorial, pero no será hasta que pongáis los pies en ella que no veáis que es una realidad. 

Plaza Consistorial y fachada del Ayuntamiento

Conjunto de la Plaza Consistorial

Deshaciendo el camino y enfilando la calle Mercaderes y seguidamente la calle de la Curia se llega a la Catedral de Pamplona. Situada en un terreno ligeramente más elevado que el resto de la ciudad, la Catedral de Santa María tiene la ciudad a sus pies, y es un punto importante de parada en el Camino de Santiago. De fachada neoclásica, su interior es de estilo gótico, donde se pueden encontrar importantes reliquias, así como el sepulcro del rey Carlos III de Navarra y la reina Leonor de Castilla. Pero la joya de la corona es su claustro, también de estilo gótico, uno de los mejores ejemplos del gótico universal, con una rica decoración. También se puede visitar la Biblioteca, con más de 14.000 libros, así como el Museo Diocesano, que conserva obras de arte sacro. 

Subida de la calle Curia con la Catedral al fondo

Fachada principal de la Catedral de Santa María

Nave central de la Catedral

Sepulcro del rey Carlos III de Navarra y la reina Leonor de Castilla

Continuando el paseo por la calle de la Navarreria y siguiendo por la calle del Carmen se llega al Parque de la Tejería por donde transcurre el Camino de Santiago Francés. En este parque se puede contemplar las antiguas murallas de la ciudad y los imponentes Baluartes que forman parte de ésta. Las Murallas fueron construidas a principios del siglo XVI para defender la ciudad. En el Parque de la Tejería se conserva la única puerta de entrada original y que se mantiene en el mismo emplazamiento, el Portal de Francia, en el que se pueden observar las puertas de madera y el mecanismo de obertura de las mismas, además de un escudo con las armas imperiales y un águila bicéfala. 

Portal de Francia, junto a las Murallas de Pamplona

Baluarte de las Murallas

Exterior del Portal de Francia

Para llegar al siguiente punto de la ruta os recomendamos callejear por la ciudad hasta encontrar la Calle de Santo Domingo. En ella se emplaza la imagen de San Fermín donde los mozos se encomiendan a él al inicio de cada encierro y al final de ella se encuentra los Corrales de Santo Domingo, lugar donde se da el pistoletazo de salida del encierro. Si seguimos por esta calle, que rodea parte de las antiguas murallas y se convierten en la Bajada del Portal Nuevo, encontramos en el tramo final el ascensor urbano de Descalzos que salva el desnivel hasta el casco antiguo de la ciudad. 

Imagen de San Fermín, en la calle de Santo Domingo

Calle de Santo Domingo

Interior de los Corrales de Santo Domingo

Una vez se sale del ascensor se puede seguir la calle de los Descalzos, que se convierte en la calle de San Lorenzo, hasta el punto que confluye con la calle Mayor. Justo en este emplazamiento encontramos la Iglesia de San Lorenzo que alberga la capilla de San Fermín. La iglesia ocupa el lugar donde se ubicaba un templo medieval, del que tan sólo se conserva una torre. La iglesia que vemos actualmente data del siglo XVIII, y fue construida en estilo racionalista neoclásico, sorprende su interior por estar construida en ladrillo visto aunque también presenta algunas decoraciones, como el escudo de la ciudad. Pero si por algo es conocida la iglesia es por alojar la talla de San Fermín dentro de la capilla de nombre homónimo. La figura de San Fermín es una pequeña talla de madera que data del siglo XV, que hace honor a su sobrenombre de “morenico” por su tez oscura. Cada 7 de julio se celebra la procesión del santo por las calles del centro de la ciudad, y supone uno de los momentos álgidos en las celebraciones del santo patrón. Tras la visita, y si se tiene tiempo, se puede visitar los Jardines de la Taconera que se encuentran frente a la iglesia, que ocupan la antigua Puerta de la Taconera, y a dónde se han trasladado los restos de otra de las puertas originarias de las murallas, la de San Nicolás. 

Exterior de la Iglesia de San Lorenzo

Capilla de San Fermín

El "morenico" de San Fermín

Si no se tuviera el tiempo suficiente para recorrer y descansar en los jardines recomendamos seguir el paseo hasta llegar a la Ciudadela, levantada en 1571 en estilo renacentista italiano por orden del rey Felipe II. Se trata de un recinto amurallado en forma de estrella de cinco puntas, que posteriormente se ampliaron con más baluartes exteriores. En la actualidad, y una vez perdida su utilidad como elemento de defensa, los edificios situados en su interior se han convertido con fines culturales. Este pequeño recinto amurallado reconvertido en jardín es un lugar perfecto para descansar en uno de sus bancos, contemplar las obras de arte que decoran el lugar o simplemente pasear.

Una de las entradas principales de la Ciudadela

Jardines del interior de la Ciudadela


Bastiones de la Ciudadela

Delante de la entrada principal de la Ciudadela se encuentra la calle General Chinchilla, si se sigue por ella y al final se gira unos metros por la calle las Navas de Tolosa encontramos uno de los paseo más bellos que hay en la ciudad, el Paseo de Pablo Sarasate. Sus majestuosos edificios a ambos lados, las esculturas que decoran el paseo central y una columna al final contribuyen a hacer de él un lugar digno de recorrer. Su construcción sirvió para unir el casco antiguo de Pamplona con los ensanches, una vez fueron derribadas las murallas. Entre los elementos más destacados del paseo encontramos el Monumento a los Fueros, símbolo de las libertades de Navarra, y construido por iniciativa popular. La figura que se sitúa en la parte superior simboliza a Navarra, que sostiene en su mano izquierda los Fueros, mientras que en la base aparecen diferentes figuras que simbolizan la paz, la justicia, la autonomía, la historia y el trabajo. Uno de los edificios más destacados del paseo es el Palacio de Navarra, sede del gobierno foral, que se construyó en el siglo XIX en estilo neoclásico, y que conserva señales del bombardeo sufrido durante la Guerra Civil el año 1937, que se observa en las columnas de la derecha. Otros edificios destacados son el Banco de España, construido en 1927, el edificio de Correos y Telégrafos, de 1921, y por supuesto la Iglesia de San Nicolás, que ya ocupaba este emplazamiento des del siglo XII, que fue reconstruida en estilo gótico y con muchas modificaciones posteriores. 

Paseo de Sarasate

Iglesia de San Nicolás

Navarra sujetando los Fueros

Palacio de Navarra

Muy cerca del Paseo de Pablo Sarasate se encuentra la Plaza del Castillo. Esta preciosa plaza rodeada de edificios burgueses siempre se encuentra llena de gente y niños jugando. Es un lugar ideal para descansar y retomar fuerzas tomando un café en un lugar emblemático de la ciudad, el Café Iruña. Su decoración interior es digna de ser vista y si veis que todas las mesas están llenas para poder tomar un refrigerio, siempre podéis hacerlo de pie en la barra mientras contempláis la exquisita decoración. La Plaza del Castillo es el lugar de reunión y de vida social de los pamploneses, y su nombre proviene por estar situada en los terrenos que antaño ocupaba un castillo, aunque posteriormente fue utilizada como plaza de toros. Justo en el centro, una Glorieta es testigo diario del trajín de la plaza. El sur está flanqueado por el edificio que ocupa el Banco de Santander y por la fachada lateral del Palacio de Navarra, y es el punto de partida de la avenida Carlos III, una de las principales arterias del centro de Pamplona. En la parte norte encontramos el Gran Hotel la Perla, fundado en el siglo XIX, y que ha acogido a ilustres personajes como Ernest Hemingway, Manolete, Charles Chaplin, Imperio Argentina o Orson Welles, entre otros muchos. De hecho el hotel conserva algunas de las habitaciones tal y como las conocieron algunos de éstos ocupantes, entre las que destaca la de Ernest Hemingway. Aunque en esta parte el protagonismo se lo lleva el edificio Nuevo Casino, un imponente edificio que acogió a la entidad bancaria de Crédito Navarro, y donde se ubicó el año 1888 el mítico Café Iruña. 

Plaza del Castillo y la glorieta que la preside

Rica decoración del Café Iruña

Gran Hotel la Perla

Para terminar nuestro recorrido circular por la capital navarra haremos una parada en la Plaza de Toros, que es el lugar donde tiene final los encierros de las fiestas de San Fermín. Se puede visitar tanto su exterior como hacer un tour por el interior. A nosotros el mundo taurino no nos interesa para nada, así que sólo nos centramos en contemplar el busto de Ernest Hemingway que hay al lado de la puerta principal. 

Busto de Ernest Hemingway

Exterior de la Plaza de toros

Hasta aquí el paseo para hacer durante un día por Pamplona. ¿Conocéis la ciudad? ¿Qué lugares recomendarías conocer de ella?

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