Día 12: Ruta 10: Gouda – Leiden – Ámsterdam
20:00:00
Hoy os presento el ultimo post de la ruta por los Países Bajos, después de este post aun quedarán tres posts más sobre los últimos días del viaje que pasamos en Ámsterdam. En este post os llevo de paseo por lo que quedaba por conocer de la zona centro – noreste del país. Gouda y Leiden serán las ciudades que os explicaré como son y finalmente volveremos a la capital donde os contaré como fue el reencuentro y el paseo que dimos.
¿Os animáis a venir conmigo? ¡Vamos allá!
Nos levantamos en Utrecht envueltas con un montón de sabanas y fundas nórdicas porque, recordamos, el termostato se jorobó y des de la recepción nos dijeron que no lo podían arreglar y la única solución era darnos mantas. Al menos me levanté bien, sin dolor de garganta ni de cabeza.
Nos arreglamos y fuimos a desayunar en el buffet libre del hotel. El desayuno no estaba nada mal, tostadas, embutido, cereales, fruta, pastas… vamos que nos pusimos tibias ya que la noche la pasamos con frio.
Finalmente fuimos a la habitación a recoger la maleta e hicimos el check out en recepción. Allí nos volvimos a encontrar con el señor que tenía los niños resfriados reclamando un cambio de habitación porque no podía volver a pasar una noche como la pasada. Cuando nos tocó a nosotras le comentamos lo mismo que la calefacción estaba estropeada y que des de la recepción solo nos dieron unas sabanas queriendo escurrir el bulto… nos dijeron que lo sentían mucho y nada más… así que bueno, no le dimos más vueltas al tema y recogimos el coche y nos pusimos rumbo a Gouda.
Nos hacía gracia visitar Gouda ya que tanto Mireia como yo nos encanta el queso, así que nada mejor que visitar una de las cunas de los quesos holandeses. Aparcamos el coche en un parking porque los sitios que encontramos al lado del canal nos dieron un poco de grima por si nos íbamos al agua.
Para llegar al centro paseamos por al lado del canal y llegamos a la Markt, una de las plazas más largas de los Países Bajos y además es el foco de la vieja Gouda. Allí, justo en el centro, se encuentra el antiguo ayuntamiento, datado de la mitad del siglo XV, con una estructura gótica. Es un edificio de color blanco que contrasta con las contraventanas de color rojo y blanco.
Parte delantera del ayuntamiento |
Detalle de las contraventanas |
Vista trasera del ayuntamiento |
Edificio de la Waag |
Relieve de la fachada donde se puede ver la actividad comercial que se llevaba a cabo |
Antiguas balanzas que se conservan en su interior |
Parte del interior dedicado a la venta de souvenirs y queso |
Canal que queda en las calles colindantes a la Markt |
Quesos decorativos colgados en medio de la calle |
Una preciosa tienda de quesos |
Detalle del lateral de la iglesia |
Torre campanario de al lado de la puerta de acceso |
Fuimos paseando por al lado del canal. Allí pudimos ver la Waag y paseamos un ratito más por su orilla hasta que vimos un precioso puente.
Pasado el puente encontramos la Waag |
Uno de los canales principales que cruza Leiden |
Cruzando de nuevo el canal encontramos este puente cubierto |
St. Pieterskerk |
Gravesteen |
A la derecha el Hortus Botanicus y a la izquierda edificios del campus universitario |
Universidad de Leiden |
Antigua Univesidad de Leiden |
Puerta de entrada |
Panel informativo con la historia del edificio |
Otra vista de la Universidad |
Interior del restaurante |
Mi bagle de queso de cabra, bacon y piñones |
Exterior del local |
El Molino de Leiden |
Dejamos el coche bastante lejos del hostel y fue bajar del coche y… ¡chaparrón! Llegamos a la recepción del hostel como pollitos… el chico de la recepción alucinó al vernos. Nos dio la habitación en el mismo edificio principal, fue genial porque nos ahorramos volvernos a mojar.
La habitación era un pelín más grande que la que tuvimos la primera vez y nos daba atrás, esta vez no veíamos la entrada de la residencia. Dejamos los trastos y volvimos a buscar el coche para llevarlo a la empresa donde lo alquilamos.
Habitación del The Student Hotel |
Baño |
Una vez en el tren decidimos bajar en la Estación Central, de esta manera nos ahorrábamos hacer trasbordos y ya en el centro podríamos empezar alguna de las rutas de la guía. Decidimos hacer una parte de la ruta de los canales más elegantes porque no quedaba demasiado alejado de la zona donde estábamos.
La primera parada de esta ruta fue visitar la Niuewmarkt donde se encuentra la Waag. Como que ya habíamos visto todas las Waags de todos los lugares que habíamos visitado hasta el momento no podía faltar la de Ámsterdam. En su origen la Waag era como un edificio integrado en las murallas de la ciudad con un canal delante como si fuera el foso de un castillo. Posteriormente fue la sede de diferentes gremios. Ésta ahora es un restaurante.
Central Station |
Waag en Niuewmarkt |
Es un lugar precioso… se respira una magia especial si cierras los ojos puedes imaginarte a Claude pintando esta vista de la ciudad. Eso sí… prepararos para encontrar una multitud de turistas y, cómo no, una gran multitud de las odiosas bicicletas (sí, odiosas… después de estar rodeada de ellas circulando a velocidades de vértigo y escuchar los timbres cada dos por tres, sin tu hacer nada para que te piten, hace que acabes odiándolas tanto a ellas como a quien las conduce)
Puente levadizo |
La Zuiderkerk |
Vista des del puente |
Zuiderkerk o Iglesia del sur de Ámsterdam elevándose sobre el Groenburgwal, Claude Monet (1874) |
Siguiendo el recorrido de la guía sobre los canales más elegantes nos dirigimos a la orilla del canal Amstel. Allí nos encontramos primero con una escultura del filosofo Spinoza. Justo a unos metros más allá encontramos el Stopera. Hasta que no llegamos no sabíamos que era... es más nos imaginábamos que solo era el teatro de la opera de Ámsterdam pero al llegar... ¡sorpresa! El ayuntamiento y el palacio de la opera estaban unidos en un mismo edificios.
Escultura dedicada al filosofo Spinoza |
Stopera, parte de la opera |
Stopera, parte del ayuntamiento |
Panorámica del canal Amstel |
El Blauwburg |
En Rembrandtplein |
Detalle de la escultura de Rembrandt |
Palacio real iluminado (como veis la Dam estaba solitaria) |
La Nieuwekerk iluminada |
La jornada siguiente tendríamos que cambiar todos los planes previstos pero a esas horas de la noche no lo sabíamos así que fuimos a dormir con un planning en la cabeza que no sería real.
¡Próximamente os cuento todos los cambios en una nueva entrega del Diario de Netherland!
5 comentaris
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
ResponderEliminarHija!!! No se que he tocado que se me ha borrado tu comentario!!! Lo pongo entrecomillado en este comentario y te contesto!
Eliminar"Todas las poblaciones que nos vas enseñando me parecen preciosas!! ais y yo también soy amante de los quesos jeje
con curiosidad de saber que os pasó al día siguiente :S climatología?
un abrazo! "
Pues sí... climatología... ya verás... yo no se como sobrevivimos sin pillar nada gordo. Yo estpy muy contenta con este viaje porque aun parecer todos los sitios muy parecidos todos tenían su encanto particular!
Kisses!
Que lugares más bonitoss!!! me ha gustado mucho todo aunque yo me quedo con lo de los "quesos colgantes" jajajaja que fuerte! yo también me habría quedado con una cara!!! jajajaja. Gracias por compartir estos sitios!
ResponderEliminarUn saludo
Patri
Ays a mí no me gusta el queso, je je. Muy bonitos los alrededores de Ámsterdam que los tengo pendiente, y a Ámsterdam tengo que darle otra oportunidad porque fui un día nada más hace muchos años y no me emocionó demasiado, así que volveré. Muy chulas las fotos.
ResponderEliminarMe reafirmo... ¡Qué ganas tengo de ir a Leiden! Sí, sí.
ResponderEliminarHe seguido tu viaje por Países Bajos y me han gustado mucho los post, ¡no imaginé que tenían tanto para ver! Eso sí, el bagle de queso de cabra, queso y piñones ¿estaba bueno en serio? Ja ja ja reconozco que no soy nada fan de la comida holandesa (el queso sí), cuando estuve en Amsterdam comí fatal todos los días. Me gusta mucho más la belga, con influencias francesas.
Un abrazo de la cosmopolilla.