Día 3: Lisboa: Alfama, Graça y Baixa

Paseando frente la Sé  - Glo Ribas - Lisboa 2015 Sábado, 4 de abril 2015 Y por fin llegó el día que conoceríamos de manera más prof...

Paseando frente la Sé - Glo Ribas - Lisboa 2015

Sábado, 4 de abril 2015

Y por fin llegó el día que conoceríamos de manera más profunda la verdadera Lisboa. En este día nos adentraríamos en las calles tortuosas de Alfama, visitaríamos el barrio de Graça, subiríamos a los más altos miradores de la ciudad y acabaríamos el día descubriendo las tiendas más antiguas de la ciudad situadas en el barrio de Baixa. Nunca nos hubiéramos imaginado que ese día que empezaba torcido terminaría tan bien.

¿Os atrevéis a descubrir la verdadera Lisboa? ¡Pues seguir leyendo!


Una vez desayunar como cada día en el apartamento fuimos a empezar la ruta prevista para este día aunque la empezamos un poco torcidos… Fuimos hacia la Rua da Conceição para poder coger el famoso Tranvía 28 que nos dejaba en el Castelo de São Jorge donde empezaríamos nuestra ruta.

Tranvía 28
Después de esperar un buen rato y ver que los tranvías pasaban de largo de nuestra parada ya que estaban a tope decidimos ir a buscar el metro para ir a hacia la parada de Martim Moniz. Bueno pues, siguiendo el mapa, que no estaba demasiado bien indicado, dimos la vuelta el tonto, subiendo unas cuantas cuestas y bajando otras tantas, ya que teníamos la parada justo al lado de la calle donde estábamos esperando el tranvía. Nuestras caras fueron un poema cuando vimos donde lo teníamos que coger… Nos resignamos y pensamos “al menos hemos hecho un poco de ejercicio” (ilusos de nosotros aun no sabíamos lo que nos deparaba el día)

Llegamos a la parada de Martim Moniz y después de situarnos subimos hacia el castillo por unas escaleras y unas calles tortuosas. Cuando llegamos la cima vimos que era imposible entrar en el Castillo de São Jorge ya que la cola era tremenda. Tampoco nos importó demasiado sacrificar esta visita ya que sabíamos que el resto del día estaría plagado de miradores des de donde veríamos la ciudad. Empezamos a callejear por las calles colindantes al castillo. Estas calles son muy estrechas, tranquilas y llenas de encanto.

El primer tramo de escaleras que llevan de Martim Moniz a la zona del castillo
Entrada al recinto del castillo
Cola enfrente de la puerta de acceso del castillo
Calles colindantes del castillo
Vistas de la Igreja de San Vicente de Fora
A continuación descendimos de la zona del castillo y nos dirigimos al Largo das Portas do Sol donde se tienen unas fantásticas vistas de Alfama y Graça y seguidamente nos trasladamos al mirador que hay justo al lado, Miradouro de Santa Luzia donde pudimos hacer varias panorámicas de la ciudad y nos quedamos embobados mirando los rojizos tejados de Alfama y los majestuosos edificios blancos del barrio de Graça, entre ellos el Pateão Nacional y la Igreja de São Vicente de Fora.

Escaleras por las que desciendes y llegas al Largo das Portas do Sol
Panorámica de Alfama
Encantados con las vistas del Miadouro de Santa Luzia
Seguidamente descendimos por la Rua do Limoeiro hasta llegar a la catedral del Lisboa, la Sé. Nos quedamos bastante atónitos ya que nos imaginábamos un edificio grande e imponente y en realidad es un edificio más pequeño de lo que estamos acostumbrados a ver en catedrales europeas. Aun y así, su interior recogido y acogedor, es preciosa. Fue construida en el 1150 en el lugar de una mezquita cuando los cristianos recuperaron la ciudad de los árabes. Aprovechamos para visitar el claustro gótico de la catedral en el que encontramos un foso con excavaciones arqueológicas con más de 2000 años de antigüedad. Puedes visitar el claustro paseando por sus pasillos que configuran su planta cuadrangular y luego pasear por las pasarelas metálicas que cruzan por encima de las excavaciones. Aquí encontraréis paneles en los que se explica lo que estáis viendo. La entrada a la Sé es gratuita pero para visitar el claustro se paga entrada de 2,50€.

Rua do Limoneiro
Nave central de la Sé
Zona del crucero la catedral
Claustro de la Sé
Bóvedas góticas del claustro
Zona central del claustro con los restos arqueológicos
Exterior de la Sé
Una vez terminamos la visita de la Sé y hacer las fotos de rigor del exterior (esperando cazar un tranvía pasando por delante) nos dirigimos a la Casa Dos Bicos. Esta casa del siglo XVI con una fachada tan excéntrica, con 1125 estructuras piramidales adosadas a ella, fue la residencia de Alfonso de Alburquerque y actualmente es la Fundação José Saramago. Frente a la Casa dos Bicos se puede ver un olivo en el cual se esparcieron las cenizas del escritor en el año 2011. Por su ubicación y su valor histórico hace de este edificio el homenaje perfecto a la figura literaria más importante de Portugal.

Casa dos Bicos
Olivo donde se esparcieron las cenizas de José Saramago
Para terminar la mañana nos hemos introducido al barrio de Alfama. Nos dirigimos a dos casas que recomendaba la guía por sus azulejos y sinceramente pensábamos que serian más espectaculares ya que habíamos visto algunas casas con azulejos más bonitos. Estos se encuentran en la Rua de São João da Praça número 88 y el 106.

Azulejos del número 106
Azulejos del número 88
Me sorprendió mucho Alfama. Es un barrio “degradado” pero con un encanto especial… sus calles tortuosas y estrechas, sus edificios color tierra con algunos azulejos, escuchar fados a medida que paseas por ellas… acercaros a él y simplemente callejear.

Azulejos decorativos dedicados a los fados
Rincón del barrio
Las calles estrechas y decoradas hacen de Alfama un lugar mágico
Museu do Fado
Después del paseo decidimos parar y comer algo. Nos sentamos en un bar frente al Museo de Fado. Comimos un bocadillo de pollo, nos tomamos una cervecita y de postre pedimos un “bolo”. Creíamos que era un tipo de buñuelo (ya que en la carta aparecía una foto de unos bueñelitos) pero… no… ¡era un pedazo brazo de gitano de crema enorme! Los ojos se nos quedaron como platos pero no quedó ni una miga en el plato Si no recuerdo mal nos costó la comida unos 15 euros los 2.

Y aquí tenéis los bolos
Una vez comimos decidimos bajar el “bolo” subiendo cuestas así que des del Museo do Fado nos fuimos hasta el campo de Santa Clara donde nos encontramos con un rastro montado en la calle. Allí había cachivaches de todos los tipos y ropa de segunda mano. Como que era pronto nos dirigimos al Pateão Nacional. Entramos al hall y después de quedarnos impactados decidimos visitarlo.

Las calles de Alfama que te llevan al Campo de Santa Clara
Tras subir estas escaleras el bolo lo quemamos enterito
Panteão Nacional
El Pateão Nacional fue proyectado como una iglesia y rinde homenaje a los héroes y heroínas de Portugal. Encontramos cenotafios como los de Vasco de Gama y Amália Rodrigues.

Primera vista del panteón una vez cruzas la puerta de entrada
Cenotafio de Vasco de Gama
Cenotafio de Luis de Camões
Cenotafio de Amália Rodrigues
Vista del cuerpo central des de abajo 
Con la entrada teníamos la oportunidad de subir hasta la cúpula del edificio. Tanto las vistas del interior del edificio como las panorámicas del exterior son brutales. Si tenéis algo de vértigo, como es nuestro caso, respirar hondo y no mirar hacia abajo porque ¡no disfrutaréis las vistas!

Vista del Panteón des del primer piso
En la tribuna encontraréis balcones desde donde os podréis asomar
Vistas de la ciudad desde la cúpula
La linterna del Panteón
Sin duda alguna¡ merece la pena subir!
Vista de la planta del edificio des de lo más alto del edificio
Seguidamente nos dirigimos a la Igreja de São Vidente de Fora. Fue fundada como monasterio en el 1147 y en 1755 fue devastada por un terremoto. Se trata de una iglesia imponente no solo por su tamaño sino también por su decoración con azulejos azules y blancos.

Mercadillo del Campo de Santa Clara
Exterior de la Igreja de São Vicente de Fora
Nave central de la Igreja
Nave lateral izquierda
Baldequino central
Nave lateral derecha
Para terminar el recorrido, que en teoría estaba plantado para hacer antes de comer, pero como veis haciéndolo todo andando es imposible, nos dirigimos a los dos últimos miradores. El primero que visitamos fue el mirador de Graça. Se tienen unas vistas maravillosas del Castillo y del Puente 25 de abril.
Vistas de la ciudad desde el Mirador de Graça
Y el segundo mirador fue el Miradouro da Sanhora do Monte, el mirador más alto de Lisboa. Accedimos subiendo una calle con una cuesta muy pronunciada. A los pies de la calle, y después de todas las cuestas subidas, casi me pongo a llorar de impotencia ya que pensaba que no podía ser real tal cuesta. Pero, después de sacar el hígado por la boca llegamos arriba y… ¡Qué maravilla! Si las vistas del anterior eran preciosas las de este eran sublimes. Tener Lisboa a tus pies cuando las luces del día empiezan a ser doradas no tiene precio. Aunque cueste, no dudéis en subir porque seguro que os enamorará.
Panel informativo que sirve para identificar los edificios
Panorámica de las vistas
Fue difícil dejar de mirar el paisaje
Llegados a este punto estábamos muertos así que decidimos bajar hasta el centro en Tranvía. Esta vez si que pudimos coger el 28 pero como que estaba a petar nos quedamos de pie. Al bajar pudimos ver la burrada que hicimos andando durante toda la mañana y flipamos.


Íbamos como sardinas pero la experiencia fue genial - Tranvía 28
Al bajar nos fuimos a tomar un café y a comernos un pastéi a la A Brasileira, una de las cafeterías más antiguas de la ciudad (si fuisteis seguidores de la serie “El Tiempo entre costuras” esta es uno de los escenarios de rodaje). Esta cafetería se encuentra al lado de la Praça Luis Camões. Después de merendar tuve que pasarme por una tienda de ropa a comprarme un par de camisetas de manga corta, por lo que quedaba de viaje, porque el calor que pegaba era tremendo.

La magnífica puerta de entrada del café
Interior de la cafetería
Una vez con las compras hechas fuimos al Convento do Carmo. Lo vimos por el exterior, lo rodeamos, y nos acercamos al Elevador de Santa Justa, ya que puedes acceder a la parte alta siguiendo las pasarelas que quedan al lado del convento. Es precioso el elevador ya que el discípulo de Gustave Eiffel trabajó el hierro de una manera exquisita. Ni subimos a la terraza superior ni bajamos porque las colas eran tremendas y los precios elevados.

Fachada principal del Convento do Carmo
Vista lateral del Convento
Vista lateral del elevador 
Panorámica de Lisboa des del Elevador
De nuevo el vertigo hizo acto de presencia pero tenía que tener una foto de recuerdo aquí
Y ya para terminar los recorridos planteados para el día de hoy nos dirigimos a la Praça da Figueira y a la Praça Dom Pedro IV donde admiramos diferentes tiendas antiguas de la ciudad. Además en la Praça da Figueira encontramos un mercadillo de comida y de objetos artesanos.

Praça da Figueira
Luego decidimos ir hasta la Praça do Comerço para verla con las últimas luces del día. De camino paramos y nos compramos un Pâo de Chocolate y una Queijada… madre mía que día de dulces. Estos nos los comimos sentados en los pies del monumento central de la Praça do Comerço.

Pâo de Chocolate y Queijada
Praça do Comerço a las ultimas horas del día
El arco y el monumento central de la Praça
Terminar el día viendo la puesta de sol con el puente 25 de abril de fondo no tiene precio.
Allí decidimos que hacer para cenar. Intentamos ir a un par de opciones que nos recomendaba la guía pero los dos sitios estaban cerrados así que terminamos en el mismo lugar del primer día Faca & Garfo. Nos trajeron el queso y el pan para picar, David pidió Atún, yo Salmón y para beber cerveza. Esta noche la cena nos costó unos 34€ y mirando la cuentas nos dimos cuenta que lo que entendíamos como la tapa de regalo del restaurante nos lo cobraban (el queso y el pan) así que para el próximo día ya sabíamos que si no lo probábamos o nos lo cobraban.

Aquí llego el fin del día. Tras recorrer 15,2km (llevábamos un cuenta pasos) nos merecíamos descansar ya que al día siguiente nos esperaba el maravilloso barrio de Belém.

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4 comentaris

  1. hola Glo, muchas gracias por compartir el post. Estuve hace unas semanas y no se me pasó por la cabeza subir a la cúpula del Panteón. Me lo apunto para la próxima ;)

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    Respuestas
    1. Pues que pena que si no pudiste subir... ya ves en las fotos que es espectacular! Ya tienes excusa para volver a Lisboa ;) Gracias por tu comentario!

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  2. Me encanta Portugal y Lisboa me chifla y por lo que veo a vosotros también, no os dejasteis ni un rincón sin descubrir ;)
    Lo único malo de Portugal es que no hay tapa (http://bit.ly/1nnVLGE) ;)

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  3. Portugal es que es una pasada! Yo no entiendo por qué, si lo tenemos al ladito y podría parecer que fuera igual que nuestro país pero no, es precioso y tiene un "algo" especial!

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