Día 5: Ruta 3: Rotterdam - Delft - La Haya - Kiderdijk -Roosendaal

The power of the mills , Glo Ribas, Kinderdijk 2014 Domingo 10 de agosto del 2014 Un nuevo día de la ruta por los Países Bajos est...

The power of the mills, Glo Ribas, Kinderdijk 2014

Domingo 10 de agosto del 2014

Un nuevo día de la ruta por los Países Bajos estaba apunto de empezar. En esta nueva jornada acabaremos de ver parte de la zona noroeste del país y nos trasladamos hacia el sur. Fue un día muy pasado por agua pero valió la pena acabar caladas hasta los huesos porque fue precioso todo lo que vimos. ¡Venga, que os lo cuento todo!

Amanecimos en el Easy Hotel de Rotterdam. Nos costó dormir porque, como ya os conté en el post anterior, la habitación no estaba suficientemente aislada del ruido pero una vez pillamos el sueño no nos enteramos de nada. Como que en el hotel no entraba nada para desayunar, y al hacer el check out teniíamos que pagar el parking, cogimos los bártulos y nos fuimos a ver lo que nos quedaba por ver de la ciudad con la intención de comer algo por el camino.

Cruzamos el Erasmusbrug para llegar a la zona portuaria. Cuando lo cruzamos fuimos a ver el antiguo transatlántico Rotterdam, La Dama Blanca. Este estuvo en activo des del año 1959 hasta el 2000 y es la embarcación más grande construida en tierras holandesas.

Transatlántico Rotterdam

Una vez vimos el buque nos trasladamos a ver el Hotel Nueva York. Este hotel se encuentra en el muelle Wilhemina ocupando las antiguas oficinas de la Holland American Line. Fue la primera empresa nueva que se instaló en el Kop van Zuid y hasta que no se abrió el puente de Erasmus el edificio estaba conectado a la ciudad por una parte muy pequeña de tierra. El hotel como tal se inauguró en el año 1993. Hicimos una intentona de desayunar en el Hotel pero cuando vimos que el desayuno valía 17,50€ nos dimos la vuelta y salimos por donde entramos.

Exterior del Hotel New York
Bar restaurante del Hotel
Otra vista del comedor
Como que seguíamos en busca y captura de un sitio para desayunar aprovechamos y visitamos en coche el Delftheven. Este barrio de Rotterdam es un testimonio de la Segunda Guerra Mundial ya que fue el único lugar que sobrevivió del conflicto y se conserva tal y como era entonces.

Finalmente volvimos a la zona del hotel a comer una pasta y tomarnos un café para desayunar. Atención a navegantes.... Rotterdam en domingo es un desierto... la mayoría de lugares para tomar algo están cerrados y si abren lo hacen tarde... así que... ¡avisados estáis!

Una vez comimos algo nos pusimos camino Delft. Tenía muchas ganas de conocer esta ciudad porque fue el lugar donde nació y vivió Johannes Vermeer. Es un pueblecito no demasiado grande y precioso. Tan sólo llegar entras a la Markt que, como la mayoría de las Markt que visitamos, es espectacular. En ella podréis admirar la el Stadhuis y la Nieuwe Kerk.

Stadhuis
Nieuwe kerk
Markt de Delft
Luego hemos callejeado por sus magníficas calles hasta llegar a la Oude Kerk. Me hacía cierta ilusión entrar para poder ver la tumba de Vermeer pero cuando he hecho el intento me dijeron que no podía visitarla porque hacían misa... así que nada... tendré que volver a Delft.

Callejuelas colindantes a la Markt
La Waag de Delft
Uno de los canales de la ciudad
Abside de la Oude Kerk
Oude Kerk
Por toda la ciudad hay estos cubos móviles con cuadros De Vermeer
Después de la visita al pueblo nos ha empezado a llover y hemos aprovechado para comprar 4 recuerdos. Me hacía gracia traerme una de las cerámicas que se hacen allí no solo por ser típica sino que también porque en la película La joven de la Perla, ambientada en esta ciudad, la protagonista también tenia una de estas cerámicas. Y una vez íbamos para el coche aprovechamos para pasar por una de las localizaciones exteriores de la película que se grabaron en Delft.

Tienda de cerámica y artesanía
Localización de donde se grabó La Joven de la Perla

Localización de donde se grabó La Joven de la Perla
Si tenéis pensado hacer una ruta por el país no os perdáis para nada esta ciudad porque pasear por ella es como si te trasladaras al siglo XVIII... ¡Delft es mágica!

Al medio día nos pusimos camino La Haya. Nuestro objetivo era ver el Maurithuis Museum ya que en él se encuentran obras puntales en la Historia del Arte y que si se tiene la oportunidad de debe ver una vez en la vida. Por lo que he leído una vez he vuelto del viaje es que el museo estuvo cerrado por reformas des del 2012-2014 y reabrió sus puerta el 27 de junio de este año... ¡ahora entiendo las colas que se formaban en la puerta! ¡Qué suerte tuvimos!

Llegamos a La Haya y dejamos el coche en un parking del centro y nos fuimos hacia al Mauritshuis Museum y como os contaba anteriormente la cola era bastante larga así que decidimos esperarnos para ver el museo porque de la ciudad queríamos  dar una simple vuelta. Mientras esperábamos empezó a llover una cosa mala... nos protegimos con nuestros chubasqueros y nos arrimamos a unos españoles que estaban delante de nosotras y llevaban paraguas. Creo que la espera fue de unos 45 minutos 1 hora ya que para que no se acumule gente te hacen entrar en grupos.

Mauritshuis Museum
Una vez dentro compramos la entrada y dijimos que eramos estudiantes. Enseñamos nuestros carnets de la universidad y nos ahorramos unos eurillos (entrada convencional 14€ - entrada estudiantes 11€)... que no va nada mal cuando viajas en plan low cost.

Fue un museo que nos gustó mucho porque no es demasiado grande y se puede ver perfectamente en un par de horitas y además por la calidad del fondo artístico que hay en él. A continuación os dejo algunas fotos de las obras que podríais ver si lo visitáis.

Una vez subes las escaleras de la antigua mansión te encuentras con esta imagen
La Joven de la Perla, Johannes Vermeer
Vista de Delft, Johannes Vermeer
Laughting boy, Frans Hals
Vista general de una de las salas del museo
La lección de Anatomia del Doctor Tulp, Rembrandt
Otra vista general del distribuidor de las salas 
Después de la visita fuimos a comer algo al Subway. Las horas que eran teníamos tanta hambre que no era plan de ponernos a buscar un sitio más concreto. Después de comer fuimos con algo más de calma hasta el parking y vimos un poco del centro. 

Segunda Camara de los Estados Generales
Edificios del centro de la ciudad
Biblioteca
Una vez en el coche nos pusimos en rumbo hacia el sur. Nuestro destino final era Roosendaal pero antes pararíamos a ver los molinos de Kinderdijk. 
El GPS nos llevo a la primera y llegamos sobre las 17.30 con un chaparrón impresionante. En la guía ponía que se tenía que pagar una entrada más el parking pero aquella hora no había una garita donde pagar, una tienda que creímos que era donde se vendían las entradas estaba cerrada y un caminito que te conducía por al lado del canal y podías ver los molinos abierto... así que... nos enfundamos de nuevo el chubasquero y... ¡a ver los molinos! ¡Madre mía qué viento y que de agua caía! Así que no nos recreamos demasiado a verlos porque si lo hacíamos hubiéramos pillado una pulmonía de campeonato. Son preciosos y totalmente diferentes de los de Zaanse Schans, yo os lo recomiendo al 100%. 
David también estuvo y, pilló mejor día que nosotras, pudo pasear mucha más por la zona (también siguió nuestros consejos y no pagaron nada) y dice que es un lugar genial y el paseo por los caminos de alrededor de los molinos es muy agradable. 
Así que apuntar el consejo... ir a partir de las 17:00h y así os ahorraréis pagar el aparcamiento y la entrada.

Kinderdijk
Mis pintas no son las mejores pero tenia que inmortalizarme delante de los molinos
Para terminar el día nos fuimos a Roosendaal. Allí nos alojamos en un hotel cerca de la autopista que estaba muy bien y muy tranquilo. El hotel era de la cadena Bastion, estan por todo el país, y la relación calidad precio era perfecta para lo que buscábamos.






Como que llegamos pronto fuimos a conocer la ciudad. En un principio queríamos cenar por el centro pero vimos que no había demasiado sitio y yo me empecé a sentir mal.

Iglesia de Roosendaal
Markt
Stadhuis
Como que el frío y el agua se me caló en los huesos, y fuimos al hotel, donde cenamos, como estaría yo para tomarme una sopita de verduras calentita, y me tomé un ibuprofeno para reponerme un poco del malestar. Al día siguiente nos esperaba la zona de Zelanda así que teníamos que estar al 100%.

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